viernes, 4 de diciembre de 2009

CD ROOM

CD ROOM


Esa mañana estuvo un poco diferente a las otras de esa época del año. Para mi buena suerte la mañana no estuvo nublada y no llovió ni un poco, lo cual me tranquilizó, ya que no había llevado el paraguas al colegio.

Las horas de clase se me pasaron muy lentamente, parecía que el reloj del salón, el del pasillo y el reloj de mi mano se habían confabulado para que las manecillas que marcaban los minutos fueras más lento de lo habitual, haciendo que rebosara el vaso de mi paciencia.

Aparte del plan maligno de los relojes, todo estuvo muy normal y tranquilo. Lo mismo de siempre. El examen de química; que por cierto reprobé, una pequeña charla con Lucia y Natalia, la misma comida en la cafetería; lasaña de pollo, jugo de naranja y gelatina de fresa, lo cual no estaba mal para un colegio con tan bajo presupuesto como el de mi escuela.
Lucia y Natalia seguía insistiendo con el tema del chico del día anterior.
-¿Lo has visto?-preguntó Nat.
-No, ni quiero verlo-le respondí-.Me daría mucha vergüenza después de lo de ayer.
-¿vergüenza? ¿Por que? El solamente te ayudo a levantarte, eso no es para nada vergonzoso-me dijo Lucia.
-No es solo por eso
-¿entonces que pasa? ¿Por que no quieres volverlo a ver?-preguntó Natalia.
-Lo que pasa, es que ese chico resulto ser el repartidor de los periódicos en mi calle y…
-¡Que bueno!-me interrumpió Lucia-¡Ahora puedes verlo diariamente!
-¡No!, eso es lo que me preocupa. No quiero volver a verlo-le respondí.
-Lucia mejor cállate y deja que Gabi nos termine de contar que le pasa. ¿Esta bien?-replico Nat.
-Esta bien me callo. Pero apresúrate Gabriela-dijo retirando su larga cabellera de su cara-. Tengo que ir al gimnasio a mi práctica de porristas. ¿Te parece?-respondió Luci.
-Si, me parece lo mejor-le dije-. Entonces ayer en la tarde el chico llevó el periódico a mi casa y me vio en unas fachas horribles, estaba sucia y mi cabello estaba mojado y despeinado. Y lo peor de todo fue que el escuchó a la pequeña demonio de mi hermana diciendo que el era mi novio, lo cual es total y rotundamente falso. ¡¿Entienden en la situación en la que estoy?!
-¡OH Gabi, que mal!-dijo Lucia.
-La verdad tu historia da un poco de pena. Pero no es para tanto. Seguramente ese chico ya ni se acuerda de lo que paso ayer-me dijo Natalia con tono despreocupado, mientras abría su locker.

¿Natalia tendría razón? Tal vez ese niño ya ni se acordaba de mí, ni de lo que había pasado en mi casa el día anterior. Seguramente si el me veía por el pasillo del colegio, pasaría por mi lado como si nada y ni me reconocería. Era duro pensar que eres tan “invisible” como para que no se acuerden de ti de un día para otro, aunque en ese momento me pareció lo mejor.

-Bueno chicas. Mucha charla por hoy, tengo que ir a mi practica-nos dijo Lucia, mientras arreglaba su cabello y retocaba un poco su maquillaje-. ¡Bye!- se despidió con un movimiento de la mano.
-Adiós- le dije desanimadamente, todavía concentrada en el asunto del chico.
-¡Chao! Ah y rómpete una pierna-dijo Nat-. Lo que significa suerte en el idioma de los “artistas”- dijo elevando sus manos y con sus dedos simulando unas comilla.
-¿sabias que eres pésima contando bromas?- dijo Lucia girando glacialmente su cabeza y dirigiéndole una mirada fulminante a Nat.
-Lo que ocurre es que tu no tienes sentido del humor Luci-respondió Natalia entre carcajadas, contagiándome la risa a mi. Lucia por su parte soltó un bufido y se fue moviéndose a pasos largos y rápidos.

Luego de clases siempre iba al parque que quedaba a unas pocas cuadras del colegio. Me gustaba mucho ir allí, pero no precisamente por los animalitos o por el aire fresco, sino por que al entretenerme unos quince minutos estando allí llegaba un poco mas tarde a mi casa, lo que significaba que me ahorraba el hecho de tener que almorzar con el parasito de mi hermana.

Sin embargo ese día no podía retrasarme ni un poco, ya que tenía que llegar puntual a mi nuevo trabajo, para así dar una buena primera impresión. Cuando llegué a mi casa almorcé muy rápido y estaba tan distraída que no me fije en que estaba comiendo atún, algo que no me gustaba ni un poco. Mi hermana me estaba viendo como si fuera un bicho raro, y sinceramente eso era lo que parecía. Comía como un cavernícola, casi no masticaba y tenia la boca repleta de comida.

Cuando termine de engullir mi comida, fui directamente a mi cuarto para buscar el atuendo perfecto para mi primer día de trabajo. Sin embargo cuando abrí mi armario me sorprendió ver una camiseta con el nombre de la tienda de discos en ella. Al parecer mi papa le pidió a la tía Chavi que me dieran el uniforme que usaban todos los demás empleados en el almacén. Una gran idea, por cierto. La camisa era rosada con un pequeño dibujo de un disco plateado y morado al frente, y al reverso estaba el nombre de la tienda en grandes letras negras, CD Room.

El momento en que iba a salir de mi casa para irme a trabajar parecía el primer día de clases para el preescolar de una niña pequeña. Mi mama me tomo muchas fotos con mi uniforme, como si fuera algo importante, y papa por su parte no se quedo atrás. El me dio dinero “por si se me antojaban golosinas”. Qué absurdo ¿no?

Luego de librarme del arrebato de cariño por parte de mis padres, tome el autobús directo al centro comercial Arts and Arts, en el que se encontraba la tienda de discos. Cuando llegué al almacén me encontré con mi tía Chavi, y ella como siempre tan “hospitalaria” empezó a atragantarme de preguntas. ¿Cómo esta tu mama?, ¿Cómo siguió Charlie de su alergia?, ¿Tu hermana Susan ha crecido mucho? Mi
tía me pregunto muchas cosas y si su celular no hubiera sonado en ese momento ella hubiera continuado con el interrogatorio.
-Cariño, ve a la bodega, allí encontraras dos cajas con cintas rojas, saca los CDs de ellas y organízalos en las repisas. Acuérdate que todo esta según el género de música, sigue los letreros que están allí, ¿si?-me dijo mientras señalaba unos cartelitos y salía por la puerta de la tienda para contestar su celular.

Yo seguí sus instrucciones a la perfección, pero cuando quise tomar la segunda caja me di cuenta de que estaba en un estante demasiado alto para alcanzarla. Me estire todo lo que pude y logre asir la caja, pero al hacerlo se me cayeron algunos discos.
-Debes tener mas cuidado, si dañan los empaques ya no se pueden vender los CDs-me dijo alguien detrás de mi.
Al voltearme para ver quien era me quede en shock.

5 comentarios:

Nomao dijo...

jajajajaa muy grasioso quien sera?¿ jaja postea prontoo

cuidate kiss!

Alejandra dijo...

ola pau!!

wooo genial tu historia ¿qien sera hehehe ? publik rapido .

muaaa

Anónimo dijo...

ella si que
tiene mala suerte
creeo que ya se
quin es...
haha

Unknown dijo...

Ö quien sera? seguro que es el "chico", me gusta mucho tu historia, espeor que postees pronto, bye!

PD: gracias por pasarte por mi blog, y te siguo! C:

Anónimo dijo...

Pobre chica! Le pasan unas!
Sigue escribiendo!
Bye! (=