martes, 1 de diciembre de 2009

EL SALON DE LOS CHICOS GRANDES

Salí de la oficina del director, y me dirige al salón de 10º; pase por la sala de maestros, crucé el pasillo de preescolar, llegué al baño, y allí estaba, el curso de los chicos grandes. Entré y todos me quedaron mirando como diciendo “esta niñita que hace aquí”, yo solo me senté y los observaba, el curso parecía una selva; por un lado los punks estaban escuchando música rara, los populares riendo y maquillándose como si fueran para la alfombra roja o un evento así; por otro lado los ners estudiando como locos, los chicos malos y skaters hablando de cosas raras, los normales;(como yo), pensando en no se que, y el chico bufón del curso payaseando, gritando y saltando como un cirquero.

Luego solo escuche una voz profunda y seca, que se esparcía por el salón, era el prefecto Gastón. El “grinch”, como solían llamarlo, dio un grito y de un momento a otro todos se calaron, aunque no falto el distraído que quedo hablando mientras to-
dos se silenciaron, pero en un corto lapso de tiempo este desprevenido se callo y se unió al silencio, un silencio tan frío, que podía sentirse y saborearse en el aire, era aterrador.

El prefecto Gastón me presento con los estudiantes y les dijo a todos que yo les iba a dar la clase, pero por la cara que hicieron pareció que no les agrado mucho la noticia; pero la verdad los entiendo, es que seria muy extraño que de un momento a otro la chica que ves todos los día en el pasillo, de un momento a otro se convierta en tu profesora de matemáticas, la verdad los comprendo demasiado.

Empecé con la clase, explicaba que X2-XY es igual a…bueno, la verdad no importaba lo que estaba diciendo; y mucho menos para los chicos del curso. Sentía que le estaba ablando al tablero. Era frustrante, así que decidí callarme y repartirles a todos unas hojas de un taller que la profesora Rodríguez había mandado con el prefecto Gastón.
El salón estaba en silencio (algo muy extraño), aunque se escuchaban algunos murmullos, pero me daba igual, para mi todo estaba en orden. Los chicos estaban aparentemente trabajando, digo “aparentemente” porque era obvio que nadie estaba haciendo los ejercicios, problemas y ecuaciones; excepto los ners, quienes estaban desesperados por el ejercicio 7, y parecía que iban a dañar las calculadoras por la furia con la que las usaban. Daban lastima. Mientras los súper ners se mataban la cabeza para hacer el taller, los demás estaban ocupados y muy entretenidos enviando mensajes, limándose las uñas, contando chistes, hablando por celular, dibujando cómics, y un sin fin de cosas que no estaban para nada relacionadas con la clase.

A pesar de todo hubo algo me llamo mucho la atención, un chico. El estaba haciendo el taller, pero no parecía un ners, incluso podía considerarse parte del grupo “cool” del curso. Me pareció haberlo visto junto a los populares de 10º y con los chicos del equipo de football, por lo cual me impresiono mucho ver a un chico popular, tan concentrado haciendo los ejercicios, y mucho menos ejercicios de matemáticas.

Me quede hipnotizada viendo a ese muchacho, tenia el cabello castaño claro, liso y un poco largo, sus ojos eran color miel; el chico no era feo, es mas, era muy guapo. Me dio la impresión de que el chico se dio cuenta que lo estaba observando, ya que de un momento a otro se puso colorado, y se le notaba en los ojos un cierto toque de inseguridad y nerviosismo. Me pareció que se veía muy tierno; a diferencia de mi que cuando me pongo nerviosa empiezo a sudar y a tartamudear. Me veo muy ridícula. En cambio a este chico el nerviosismo le quedaba bien.

¿Por qué estoy hablando de este chico? Pensé. ¿Me pareció solo uno de esos “lindos” de la clase? o ¿ es el mas “normal” y parecido a mi?. Me reí débilmente de mis tontos, y al mismo tiempo, locos pensamientos.

Sonó el timbre. Todos los estudiantes gritaron muy emocionados, ¿Así de aburrida habrá sido mi clase?. Pensé. Creo que ese fue el motivo de su alegría, o simplemente tenían hambre y querían ir a merendar, ¿Quién sabe?.

Al salir del salón tropecé con un chico. Fue un golpe leve, pero como siempre, yo tan torpe y distraída, deje caer todos los libros y carpetas al suelo, y para terminar de hacer mi día el peor del mundo, se me cayeron los lentes; algo que me ocurría muy a menudo, aunque siempre los encontraba o alguna alma caritativa los recogía por mí. Pero esta vez estábamos en la hora de descanso, y nadie iba a detenerse en su camino, simplemente para ayudar a un a necesitada como yo. Me arrastre por el suelo buscando mis gafas. De vez en cuando tropezaba con algo, pero eran simplemente lapiceros y envolturas de dulces tiradas en el suelo.

Escuchaba risas detrás de mí. Son los del equipo de football, pensé. Yo me había tropezado con el capitán, así que no me extraño que ellos estuvieran ahí.
- ¡Hey idiotas déjenla en paz! ¡Dejen de reírse y ayúdenla!-escuché.
- Ayúdala tu Suttcliff!- respondieron.
Fue un momento raro, ¿Quién me estaba defendiendo?, y aun mas importante, ¿Por qué me estaba defendiendo? Una mano tibia y varonil estrecho la mía, frágil y escuálida.
- Toma- me dijeron-.Debes tener mas cuidado.

Me puse mis gafas, y al limpiarlas un poco me sorprendí al verle la cara a mi “defensor”. Era el chico de la clase.
- ¿Estas bien?-. Me pregunto en un tono un poco preocupado.
Yo asentí con la cabeza.
- Esos bravucones siempre andan molestando a las chicas…a las…-. Ners, lo sabia, pero el no se atrevía a decirlo-. Inteligentes-. Continuó y respiró profundo, como quitándose una carga de encima.
- No importa, eso siempre me pasa-. Le dije-. Pero de todas maneras gracias por ayudarme-. El sonrío.

No se por que diablos sentía que me ruborizaba!. Yo solamente q ueria irme y olvidar el incidente. Hubo un silencio incomodo entre el chico y yo. Pero este momento fue interrumpido por un niño que iba corriendo por el corredor. Rápido “men” o vamos a perder nuestros lugares en la cafetería, le dijo. En ese momento me di cuenta que estaba estorbando, y que este chico tenia que irse. Rápidamente le di las gracias. El asintió con la cabeza y se despidió.

Al voltearme y dar la vuelta al pasillo, sentí que me estaban observando. Eran Lucia y Natalia. Me sorprendió verlas juntas, por que ellas no se llevan muy bien, y la única unión que ahí entre ellas soy yo. Siempre empiezan con sus discusiones entupidas sobre chicos o música. Lucia dice algo, y Natalia siempre se opone. Es irritante. Y lo mas molesto de todo, es que para poder terminar con su debate, siempre me pedían a mí la última palabra; por lo general no me inclino a ninguna de las dos, ya que en caso de hacerlo me metería en líos, por lo cual siempre doy una opinión balanceada, sin ninguna preferencia. Aunque siendo sincera, nunca me interesa la discusión.

Lucia me miraba picadamente y Natalia un poco seria.
- Que niño tan guapo. ¿Quién es?- pregunto Lucia.
- Es simplemente un chico- respondí
- Claro. ¿Pero como se llama?- dijo Nat
- No se
- ¡¿Cómo que no sabes?!- dijo Lucia un poco alterada-. Es increíble que hayas hablado con tremendo BomBom y no sabes su nombre!
- Solo hable con el un momento, ni siquiera somos amigos- Le dije un poco irritada-.Además di quieres saber como se llama ve tras el y pregúntale ¿no te parece la mejor idea?-.Creí que había herido sus sentimientos pero no me preocupe por eso, ¿Quién la manda a ser tan entrometida? Ella me miro confusa un momento, pero luego recobro la sonrisa que tenia.
- Esta bien, no te enojes. Pero…si no son amigos, al menos podrías explicarnos ¿que hacías hablando con un desconocido?-. Me pregunto Nat.
- ¡Un desconocido muy apuesto!- agrego Lucia.
- Lo que pasó fue que me tropecé y tire mis gafas, y ese chico me ayudó, y le estaba dando las gracias, eso es todo- Les expliqué casi gritándoles.
- Uff!, mañana voy a traer gafas y me voy a tropezar, a ver si a mi también me salva un hermoso chico- Dijo Lucia, mientras se reía un poco. No pude evitar reírme ante la loca idea de mi amiga.
- ¡Lucia estas loca!-. Dijo Nat-. “Los alcances de una desesperada con hambre de hombre”, ese seria un buen nombre para un libro-se empezó a reír-. ¡Un libro escrito por ti!-continuo riéndose.
Lucia la miró muy seria. Yo por mi parten tenia “risa ahogada”, por que si me reía del comentario de Nat me iba a meter en problemas con Lucy, así que me limite a quedarme callada, mientras me mordia el labio para no soltar la risotada.

- Vamos a comer algo, que me estoy muriendo de hambre.-. Dije.

Ellas me siguieron hasta llegar a la cafetería, por que al entrar Lucia se fue a la mesa de las porristas, y Natalia fue a hablar con unos chicos de su banda “Los Rock”. En ese momento me quede sola, así que no tuve más opción que sentarme a comer, con la única compañía de un arbusto que estaba junto a mí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ella es nerd?
vaya, seguire pendiente.

Pau! dijo...

Un poco! Jeje!
Sigue pasandote ! =D